Publicado el 14 de julio de 2025

IA, progreso y desigualdad: tecnología al servicio de la humanidad

El debate sobre IA, progreso y desigualdad ya se ha iniciado. La ONU advierte de la necesidad de poner esta tecnología al servicio de la humanidad.
IA, progreso y desigualdad

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) publicó recientemente la edición 2025 de su Informe sobre Tecnología e Innovación: Inclusive artificial intelligence for development, sobre la interrelación entre IA, progreso y desigualdad.

El informe es una guía para que los responsables políticos de los países cuenten con mayor información a la hora de afrontar el complejo escenario de la inteligencia artificial (IA). La finalidad es clara: contribuir a diseñar políticas de ciencia, tecnología e innovación que fomenten un progreso tecnológico inclusivo y equitativo.

El documento identifica tres puntos clave: infraestructura, datos y competencias. Además, ofrece una amplia perspectiva socioeconómica sobre la IA y analiza los requisitos y las políticas a promover en busca de la equidad.

Así, la cuestión sobre la IA y la desigualdad se suma ahora en el debate social a la de IA y sostenibilidad, que ya revisamos en nuestro blog en un artículo anterior.

El mercado de la tecnología de la inteligencia artificial

Se prevé que el mercado de la tecnología IA alcance 4,8 billones de dólares en 2033, lo que constata un incremento de 25 veces en solo 10 años. En 2023, la IA representaba el 7% del mercado mundial de tecnología punta, pero en 2033 previsiblemente alcanzará el 29%.

Estados Unidos y China concentran alrededor del 33% de las publicaciones sobre IA y el 60% de las patentes. Solo 100 empresas financiaron el 40% de la investigación en 2022, y ninguna de ellas con sede en países en desarrollo, excepto China.

La IA podría afectar al 40% de los puestos de trabajo en todo el mundo. En las economías avanzadas, se estima que podría mejorar el 27% de los puestos de trabajo, potenciando las capacidades humanas en lugar de sustituir a los trabajadores.

En el ámbito empresarial, la IA está transformando los negocios. Actualmente, el 97% de los líderes empresariales señalan que la Inteligencia Artificial Generativa (GenAI) desempeñará un papel principal en los próximos tres a cinco años. Dado que el sector privado representa más del 60% del PIB mundial, tiene ante sí una gran oportunidad de poner la tecnología al servicio del desarrollo humano sostenible.

Algunos países en desarrollo muestran un gran potencial: Brasil, China, India y Filipinas han avanzado mucho en el desarrollo de la IA. China destaca en asequibilidad y volumen de datos. Junto con India y Brasil, ha creado grandes grupos de desarrolladores de IA. Por otro lado, el grupo de desarrolladores de IA de Filipinas aumentó un 30% entre 2022 y 2023.

La IA, al servicio de la humanidad

Según la UNCTAD, la inteligencia artificial tiene potencial para acelerar el progreso en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Las estimaciones actuales prevén que sólo un 17% de las metas de la Agenda 2030 se alcanzarían antes de su fecha límite. Pero esto cambia completamente al introducir la variable de la IA y la tecnología digital avanzada, que podrían potenciar la acción climática y los esfuerzos para alcanzar los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030.

Según la ONU, solo la inteligencia artificial y la banda ancha juntas podrían alcanzar el 24% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible por sí solas.

Según un estudio publicado en Nature, la IA podría facilitar el cumplimiento del 79% de los ODS, y hasta el 93% si consideramos solo los medioambientales. Sin embargo, también se menciona que la IA puede inhibir 59 de esos objetivos de desarrollo sostenible.

Aunque los datos varíen según la entidad o la perspectiva, la realidad es que sobre la IA recaen grandes expectativas en relación al desarrollo sostenible. Por ejemplo, la IA aplicada a las energías renovables es a día de hoy un vasto campo de cultivo para el crecimiento de las energías limpias y la transición energética global.

Pero todo ello solo será posible si esta potente herramienta se pone al servicio de los intereses generales de la humanidad (salud, trabajo, sostenibilidad, etc.). Para ello, debe utilizarse en beneficio de las personas, no de las corporaciones ni los intereses económicos. 

Por eso, resulta imprescindible distribuir de forma equitativa la tecnología, y siempre bajo la supervisión ética y la transparencia. Es la única vía posible para que su difusión no acentúe las desigualdades ya existentes.

Según señala la UNCTAD, la IA evoluciona a un ritmo mucho más rápido de lo que los gobiernos pueden seguir. Por eso, sin una supervisión adecuada y un acceso equitativo, se corre el riesgo de agravar las divisiones mundiales y sus desigualdades.

Lo que se espera de la inteligencia artificial

Desde la agricultura hasta la sanidad, muchos sectores pueden beneficiarse de la automatización de procesos y toma de decisiones informadas, apoyadas en tecnología IA.

Cabe destacar un concepto emergente en este ámbito que empieza a tomar una relevancia significativa: los «algoritmos verdes«. Son aquellos algoritmos diseñados para minimizar el impacto ambiental de las aplicaciones informáticas, promoviendo soluciones sostenibles. 

Estos algoritmos se centran en la eficiencia de recursos, reduciendo la cantidad de energía empleada para ejecutar programas o realizar tareas de procesamiento. En comparación con los algoritmos tradicionales, estos buscan un equilibrio entre el desarrollo tecnológico y la protección del medio ambiente, mitigando el consumo energético.

El impacto de los algoritmos verdes en la sostenibilidad es crucial. Al optimizar el uso de recursos y reducir el consumo de energía, estos algoritmos contribuyen a la disminución de la huella de carbono de los centros de datos y otras infraestructuras tecnológicas.

La IA puede optimizar el uso de recursos, reducir el consumo de energía, mejorar la gestión de residuos y predecir y mitigar los efectos del cambio climático, contribuyendo a un futuro más sostenible. 

Si se apoya en las políticas y competencias adecuadas, se prevé que esta tecnología, a corto y medio plazo, pueda, entre otras muchas cosas:

  • Impulsar la agricultura y las redes energéticas inteligentes.
  • Optimizar la producción y las cadenas de suministro.
  • Mejorar la planificación hídrica y urbana. 
  • Impulsar la productividad.
  • Mejorar los medios de subsistencia.

Solo en el ámbito de la acción climática, se están implementando mecanismos de IA que esperan mejorar la eficiencia y sostenibilidad, como:

  • Sistemas de predicción climática.
  • Detección temprana de desastres naturales.
  • Optimización de la eficiencia energética.
  • Impulso de la implantación y desarrollo de las energías renovables.
  • Agricultura inteligente.
  • Conservación de la biodiversidad.

La IA tiene un vasto potencial para mejorar la vida de las personas y afrontar retos mundiales. Por eso, su desarrollo debe ir de la mano de una aplicación y seguimiento éticos y responsables. Solo así se podrá garantizar que sus beneficios se distribuyan equitativamente y estén al servicio de las personas. 

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