El escenario económico global en lo que llevamos de este año 2024 está muy marcado por el alivio de la presión de la inflación, que se está reduciendo en los últimos meses. Sin embargo, sigue siendo uno de los mayores riesgos para la economía global.
En Europa, la contención de la inflación favorece la continuidad de la reducción de los tipos de interés. Esta reducción de tipos llegará también a Estados Unidos este mes de septiembre, siguiendo el ejemplo de los bancos centrales europeo y latinoamericano.
Con ello, la tendencia a la estabilización económica global está más cerca, pero sigue bajo la amenaza de ciertos condicionantes importantes, como el gasto público.
Estrategia económica en la Unión Europea: objetivos y previsiones
El principal objetivo económico del Banco Central Europeo (BCE) es garantizar la implementación efectiva de la política monetaria acordada en el Tratado de la Unión Europea. Esto es, principalmente, controlar la inflación cerca del objetivo teórico del 2%.
Pero existe un objetivo secundario, el de apoyar todas las políticas económicas generales relativas a la transición ecológica hacia una economía verde. Esto último sin perjuicio del objetivo principal del BCE de estabilidad de precios.
Las previsiones señalan que este año la economía de la zona del euro debería alcanzar el 0,8% de crecimiento, para seguir creciendo +1,7% en 2025 y +1,9% en 2026.
Por otro lado, la inflación de la UE ha caído drásticamente desde el máximo alcanzado en 2022. Se espera que disminuya al 2,7 % en 2024 y al 2,2 % en 2025.
Inflación: evolución y previsiones
La crisis de inflación va remitiendo a medida que los factores disruptivos extraordinarios que la provocaron se van corrigiendo. Esto es, por un lado, la salida definitiva de los efectos de la pandemia.
Por otro, la desestabilización internacional provocada por la invasión rusa de Ucrania. La superación de esta última ha permitido que el mercado de la energía recupere el equilibrio, lo que sin duda es primordial para que el contexto inflacionista pueda apuntar hacia la estabilidad.
Sin embargo, la persistencia de la inflación en el sector servicios conlleva altos costes laborales que condicionan en gran medida su desarrollo.
En España, según publicó recientemente el INE, la variación anual del Índice de Precios del Sector Servicios disminuyó 1,2 puntos en el primer trimestre de 2024, hasta el 2,4%. La tasa trimestral de los precios de servicios fue del 0,3%.
Tipos de interés y deuda pública
La contención de la inflación mantiene abierta la puerta al cumplimiento del calendario previsto de bajada de tipos de interés en las principales economías. Así como los bancos centrales de Latinoamérica y Europa ya bajaron los tipos de interés, se espera que la Fed lo haga en Estados Unidos en los próximos días también, de cara a este cuarto trimestre del año.
En España, los tipos de interés han demostrado ser competitivos en comparación con los de otros países europeos, lo que ha supuesto una ventaja diferencial dentro de la zona euro.
Por su parte, el endeudamiento público generalizado resalta la conveniencia de contar con margen fiscal. Sobre todo de cara a afrontar crecientes presiones de gasto público o posibles crisis en el medio o largo plazo. Tanto las presiones inflacionistas como la salud de las cuentas públicas son prioritarias en este ámbito.
En España, las previsiones señalan que el déficit y la deuda pública descenderán en porcentaje del PIB. Como repasamos a continuación, la senda fiscal se situaría este año dentro de los límites establecidos por las nuevas normas europeas.
España: situación económica actual
El Gobierno sigue avanzando en los trámites previos a la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2025.
El Consejo de Ministros prevé aprobar esta semana el límite de gasto no financiero del Estado (conocido como techo de gasto) para el próximo año. La cifra alcanza los 199.171 millones de euros, incluyendo los fondos NGEU procedentes de la Unión Europea.
La cifra representa una subida que viene argumentada por el hecho de que España recibirá este año por parte de los fondos Next Generation (NGEU) más préstamos que transferencias.
Sin tener en cuenta los fondos europeos, el techo de gasto alcanzaría en 2025 los 195.353 millones de euros, una subida del 3,2% respecto al año pasado (6.138 millones).
«Es un incremento relevante, pero prudente, que anticipa nuestro compromiso con la estabilidad fiscal», en palabras de María Jesús Montero, actual titular de Hacienda.
En cuanto al déficit público, el Ejecutivo prevé que siga reduciéndose hasta el 3% del PIB al cierre de 2024. Cabe destacar que será la Administración Central quien asumirá la mayor parte de la responsabilidad del cumplimiento de los nuevos objetivos. Así, se contempla una flexibilización del déficit para las comunidades en el periodo 2025-2027, con una tasa del -0,1% y el equilibrio presupuestario para los ayuntamientos.
Previsiones para España 2025-2027
De cara a 2025-2027, la senda de estabilidad, que fija los objetivos de déficit y deuda para dicho periodo, prevé que el déficit siga reduciéndose hasta el 2,5% en 2025, al 2,1% en 2026 y al 1,8% en 2027.
Estas cifras se han calculado en base al nuevo cuadro macroeconómico que mejora la estimación de crecimiento de la economía española, con una previsión de crecimiento económico del 2,4% este año, el 2,2% en 2025 y el 2% tanto en 2026 como en 2027.
De lograrse, estas cifras estarían muy por encima de la media de la zona euro que vimos más arriba (+0,8% en 2024, +1,7% en 2025 y +1,9% en 2026).
Por ahora, los organismos nacionales e internacionales respaldan las estimaciones del Gobierno. Bruselas estima que la economía española avance este año un 2,1%y que la deuda baje a los niveles previstos por el Ministerio de Economía.