El transporte ferroviario se presenta como una de las mejores opciones para afrontar el futuro de la movilidad en un mundo interconectado y que exige soluciones de transporte rápidas, fiables, sostenibles y seguras. Repasamos algunos de los desafíos que tendrá que afrontar el ferrocarril en España y en el mundo.
La movilidad del siglo XXI pasa ineludiblemente por el desarrollo del transporte ferroviaro, tanto de pasajeros como de mercancías. Consciente de ello, el Parlamento Europeo aprobó en diciembre del año pasado una propuesta de la Comisión para que 2021 fuera el Año Europeo del Ferrocarril, apostando por la promoción de un transporte verde y otorgando un gran protagonismo al tren.
“Para lograr la neutralidad climática, es necesario reducir en un 90% las emisiones del transporte de aquí a 2050”, indicaba el documento del Parlamento Europeo. Y el ferrocarril es una de las soluciones para alcanzar este objetivo. “Una parte sustancial del 75% del transporte interior de mercancías que ahora se realiza por carretera debe pasarse al ferrocarril y las vías navegables interiores. Para llevar a cabo esa transición son necesarias inversiones significativas, incluidas inversiones hechas en el contexto de la recuperación, y una parte esencial de ellas estará relacionada con la aplicación de la red transeuropea de transporte (RTE-T) y con los esfuerzos por aumentar la eficiencia de los corredores ferroviarios de transporte de mercancías”, se agrega en el documento.
La institución comunitaria explica así el importante papel que jugará el transporte ferroviario en esta transición. “Es uno de los modos de transporte más respetuosos con el medio ambiente y con mayor eficiencia energética. El ferrocarril está en gran medida electrificado y emite mucho menos CO2 que un viaje equivalente por carretera o por vía aérea. Es el único modo de transporte que ha reducido sistemáticamente sus emisiones de gases de efecto invernadero y emisiones de CO2 desde 1990. Además, el ferrocarril ha reducido su consumo de energía entre 1990 y 2016 y utiliza cada vez más fuentes de energía renovables”, detalla el documento.
Asimismo, hace hincapié en su rol vertebrador. “Al conectar las principales rutas de transporte de la Unión con sus regiones y territorios periféricos, montañosos y remotos, también a escala regional y local, y al establecer y restablecer enlaces ferroviarios transfronterizos regionales que faltaban, el sector ferroviario contribuye a la cohesión social, económica y territorial a nivel local, regional, nacional y continental”.
Sin embargo, este futuro no está exento de retos, como pudimos ver hace escasos días en la feria ‘Rail Live! 2021’. Veamos algunos de ellos.
Empujón al transporte de mercancías
“Mientras que la cuota de viajeros de ferrocarril en el transporte terrestre de la Unión Europea ha aumentado sólo ligeramente desde 2007, la del transporte de mercancías por ferrocarril ha disminuido. Siguen existiendo numerosos obstáculos para lograr un verdadero espacio ferroviario europeo único. El sector del ferrocarril se ve a veces lastrado, entre otros factores, por prácticas empresariales y operativas obsoletas, por unas infraestructuras y un material rodante envejecidos y por vagones ruidosos”, advierte el Parlamento Europeo.
De este modo, recomienda estudiar “la creación de un sello europeo que promueva los bienes y productos transportados por ferrocarril, de modo que incentive a las empresas a cambiar su transporte al ferrocarril”. Asimismo, aconseja contemplar la posibilidad de “introducir un índice de conectividad ferroviaria, con el objetivo de categorizar el nivel de integración alcanzado a través del uso de los servicios de la red ferroviaria”.
En esta misma línea, Juan Diego Pedrero, presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas Ferroviarias Privadas (AEFP), considera que “el principal reto del ferrocarril de mercancías en los próximos años no es otro que el de pasar de su actual irrelevancia en términos de cuota modal terrestre a tener el rol que desean los objetivos europeos y, por tanto, también de nuestro país”, lo que supone alcanzar un 10% en España y un 30% en Europa en 2030. “Para que se realice este objetivo, enmarcado en el programa ‘Mercancías 30’ del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), es absolutamente necesario incentivar su uso mediante políticas de ayudas, incentivos fiscales, etc., que consideren el mérito medioambiental que el ferrocarril tiene sobre la carretera. Es el medio terrestre más sostenible y debe ser decididamente apoyado, como se está ya haciendo en los países de nuestro entorno”, agrega.
Además, hace especial hincapié en la necesaria “internacionalización de la explotación ferroviaria mediante el uso de los corredores Mediterráneo y Atlántico, fundamentalmente, y la conexión multimodal con los puertos de ambas fachadas”.
Transporte urbano y cercanías
“Los usuarios de los servicios de cercanías representan entre el 80% y el 90% de todos los viajeros de ferrocarril. Esto significa que las aglomeraciones urbanas contribuyen de forma significativa al rendimiento global del transporte ferroviario de pasajeros. La movilidad urbana inteligente depende de la modernización y renovación de las líneas suburbanas y regionales infrautilizadas para lograr un bajo impacto ecológico y favorecer la cohesión social y económica”, apunta el Parlamento Europeo.
Además, las redes de metro y metro ligero siguen adquiriendo peso en la movilidad urbana, por lo que es preciso atender los retos que comporta la implantación de nuevas redes y la modernización y ampliación de muchas de las ya existentes, con el fin de optimizar el servicio, mejorar la accesibilidad de los trenes, etc.
Transporte multimodal
Ignasi Gómez-Belinchón, director del clúster Railgrup, defiende la configuración de “terminales que permitan la articulación entre diferentes modos de transporte desde el principio hasta el fin del envío”. “El objetivo es ganar en agilidad y eficacia para el transbordo de mercancías o materiales”, añade.
En este sentido, habla del concepto Mobility-as-a-Service (MaaS), que conlleva la creación de “plataformas relacionales centradas en el cliente (usuario), en las que tenga toda la información en su dispositivo móvil y que permitirá planificar el viaje con todos los medios de transporte que se necesitan desde el origen al destino: tren, metro, autobús, taxi, VTC, patinetes, bicicletas, vehículo compartido…”.
Este transporte multimodal impulsa el desarrollo de un nuevo concepto de estaciones inteligentes, en las que la tecnología es fundamental para brindar un mejor servicio al pasajero y avanzar en aspectos de seguridad, información en tiempo real, centros de control, ticketing, etc.
Innovación transformadora
El ferrocarril se encuentra inmerso en un importante proceso de transformación. Están llegando al sector numerosas innovaciones en el premontaje de vías, desvíos para trenes de mercancía, monitorización holística en tiempo real con inteligencia artificial, sistemas para la detección de caídas de roca en la infraestructura, mantenimiento predictivo, soluciones de acceso remoto para operaciones seguras en sistemas, desarrollo de productos a medida —anticorrosión, antinoise, antistray…—, etc.
Además, el sector presta especial atención a la aplicación de la inteligencia artificial en la optimización del rendimiento y los costes de la gestión de activos, el desarrollo de ‘gemelos digitales’ y el avance de la tecnología Magrail.
Otro aspecto relevante es la seguridad en la circulación y en la operación de las redes. Aquí adquieren protagonismo tecnologías referidas a la conducción automática de trenes o la implementación digital en la gestión del tráfico.
Cooperación y liberalización
El director de Railgrup reseña que uno de los mayores retos del transporte ferroviario es “la adaptación a los nuevos paradigmas de movilidad segura, conectada y sostenible”. Y explica cuál es la vía para lograrlo. “Implicará nuevas alianzas, adquisiciones o cooperación con otros sectores de movilidad y un entorno de liberalización del sector, con el ‘Cuarto Paquete Ferroviario’ y con la entrada de actores privados que permitirán y obligarán a mejorar la competitividad actual”.
Esta propuesta de la Comisión Europea aspira a eliminar los obstáculos a la creación de un espacio ferroviario europeo único. El paquete contempla cuatro objetivos principales: crear unas normas y homologaciones que funcionen, desarrollar una estructura que cumpla las expectativas, abrir los mercados nacionales de pasajeros y mantener una mano de obra ferroviaria cualificada.
Energía y medio ambiente
La sostenibilidad es uno de los asuntos centrales en todos los sectores. Por supuesto, también en el transporte ferroviario. No en vano, el presidente ejecutivo de la AEFP considera que la transformación de la tracción desde la energía fósil a la tracción eléctrica es el principal desafío que habrá que afrontar en los próximos años.
Asimismo, el director de Railgrup indica que el ferrocarril se encuentra “ante el reto de mantener la seguridad del suministro en un sistema eléctrico descarbonizado”. También hace hincapié en el papel que tendrá el hidrógeno como “combustible alternativo, eficiente y sostenible, aplicable a casi todos los modos de transporte”.
Además, el sector ferroviario debe atender a otros desafíos, como la electrificación y modernización de redes para ganar en eficiencia energética, el desarrollo de nuevos componentes, etc.
Impulso del transporte ferroviario en España
Nuestro país tendrá que asumir nuevas inversiones en infraestructura para potenciar el transporte ferroviario y alcanzar los objetivos fijados en el programa ‘Mercancías 30’. La Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras (SEOPAN) y la Asociación Española de Empresas de Ingeniería, Consultoría y Servicios Tecnológicos (Tecniberia) han elaborado el informe ‘Inversiones y reformas para su inclusión en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la
Economía Española’, que contempla un macroproyecto tractor referido al transporte ferroviario de mercancías y convencional.
Su propuesta incluye un total de 66 actuaciones, que supondrían una inversión total (sin IVA) de 14.469 millones de euros. La mayor parte de ellas (47) son proyectos de ferrocarril convencional, con una inversión de 11.791 millones. El resto se trata de conexiones ferroportuarias y terminales logísticas (9 actuaciones y 1.878 millones) o autopistas ferroriarias (2 proyectos y 800 millones).
Entre las actuaciones en el ferrocarril convencional encontramos algunas como el eje ferroviario transversal de Andalucía, el acceso ferroviario al aeropuerto de El Prat (Barcelona), la nueva estación de tren de alta velocidad al aeropuerto de Gerona, etc. En cuanto a las conexiones ferroportuarias y terminales logísticas encontramos diversas actuaciones en los puertos de Barcelona, Cádiz, Valencia, Tarragona y La Coruña o la terminal logística de Murcia. Finalmente, las autopistas ferroviarias referidas en el documento se concretan en el eje central Algeciras-Madrid-Zaragoza-Barcelona y el eje Levante Madrid-Valencia-Alicante.
Por su parte, el Gobierno, en el apartado de ‘Movilidad sostenible, segura y conectada’ del ‘Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia’, habla de la “necesidad de mejorar las conexiones transfronterizas con Francia y Portugal y las conexiones con puertos y centros logísticos”, además de “completar los corredores europeos en España de acuerdo con la normativa comunitaria”.
Así pues, prevé una inversión de 2.988 millones de euros para el desarrollo de los corredores Atlántico y Mediterráneo, 1.010 millones en la RTE-T, 217 millones para la mejora de varias terminales intermodales y logísticas, 407 millones para la construcción y mejora de los accesos ferroviarios a diversos puertos para impulsar la intermodalidad y 177 millones para accesibilidad ferroviaria en el interior de los puertos. Además, el MITMA contempla la ejecución en el lado español de proyectos transfronterizos, como la ‘Y’ vasca, que forma parte del corredor Atlántico, o los itinerarios con Portugal pertenecientes a la RTE-T pendientes de completarse.
El informe de SEOPAN y Tecniberia defiende la colaboración público-privada para llevar a cabo este despliegue. “Muchas de estas actuaciones son susceptibles de financiarse por el sector privado, multiplicando así el efecto de los fondos europeos obtenidos. Esto podría estructurarse mediante una concesión a un agente privado para la elaboración del proyecto, construcción, operación y mantenimiento de la infraestructura por un periodo de tiempo relevante (hasta 40 años), con una aportación de la Administración en forma de subvención (un porcentaje reducido de la inversión a realizar, estimado del 5%). Este esquema permite apoyarse en la colaboración público-privada para multiplicar el potencial de los fondos europeos y acometer más inversiones de interés público. Además, la Administración podría beneficiarse de las ventajas propias del sistema concesional, como la traslación de riesgos al sector privado, aprovecharse de la capacidad gestora de éste, ajustarse a plazos y costes, laminar el coste en varios ejercicios, etc.”, detalla el documento.
Por su parte, Pedrero explica que “la AEFP ha presentado proyectos en todas y cada una de las líneas de acción y manifestaciones de interés sujetas a fondos europeos REACT, tanto en los campos de la migración energética (locomotoras eléctricas y duales) como en la digitalización de la explotación ferroviaria, en el campo de la formación, en el área de la seguridad e interoperabilidad (sistemas embarcados de última generación), en material ferroviario —con la incorporación de las últimas tecnologías disponibles y material adaptado a las autopistas ferroviarias— y diferentes proyectos relacionados con la eficiencia de las infraestructuras ferroviarias”.