Publicado el 25 de noviembre de 2024

Financiación de PYMEs en España: desafíos y oportunidades

Por Francisco Piedras Camacho, Socio Director del Área económico-financiera de Equipo Económico (Ee) Las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) representan el 99% del tejido empresarial español y son un pilar fundamental de la economía, impulsando la creación de empleo y la sostenibilidad del crecimiento gracias a su capacidad de adaptación. Su papel es aún más […]

Por Francisco Piedras Camacho, Socio Director del Área económico-financiera de Equipo Económico (Ee)

Las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) representan el 99% del tejido empresarial español y son un pilar fundamental de la economía, impulsando la creación de empleo y la sostenibilidad del crecimiento gracias a su capacidad de adaptación. Su papel es aún más relevante si cabe tras las crisis globales de los últimos años y las importantes transformaciones en curso, entre las que destacan los profundos cambios geopolíticos, la revolución digital, la transición energética y el envejecimiento de la población. Sin embargo, pese a la gran liquidez existente en la economía global, el acceso a financiación para el correcto desarrollo de su actividad y para sus inversiones supone un desafío constante. Se analiza a continuación las dinámicas de financiación de las PYMEs en España entre 2020 y 2024, destacando los hitos clave, los retos afrontados y las oportunidades surgidas.

Dinámicas recientes

Entre 2020 y 2022 el impacto de la pandemia del Covid-19 supuso un fuerte golpe a la liquidez de las PYMEs. Para mitigar los efectos fue necesario acudir a financiación extraordinaria de las líneas, que facilitaron más de €140.000 millones en avales estatales, destinados a garantizar la liquidez y financiar la operativa diaria de las empresas afectadas. En este escenario, muchas PYMEs se vieron forzadas a endeudarse significativamente ante la gravedad de la situación, enfrentándose a problemas de solvencia en el medio plazo.

Durante la etapa posterior de recuperación, entre 2022 y 2024, las PYMEs se enfrentaron al fuerte incremento de los tipos de interés, como reacción de las autoridades monetarias ante la elevada inflación, consecuencia de las restricciones en las cadenas globales de valor asociadas a la crisis del Covid-19 y del comienzo de la guerra en Ucrania. En sentido contrario, en esta etapa los Fondos Next Generation (fondos NGEU) contribuyeron en parte a mejorar la financiación de las PYMEs, si bien sus efectos no han tenido el calado que se esperaba ni su asignación ha sido homogénea en todos los sectores, priorizando las inversiones en digitalización y sostenibilidad.

Retos persistentes

A pesar de la financiación y de las ayudas públicas reseñadas, las PYMEs en España han enfrentado desde la crisis del Covid-19 diversos y complejos desafíos en materia de financiación:

  • Elevada dependencia bancaria: más del 75% de la financiación empresarial de las PYMEs sigue dependiendo del sistema bancario.
  • Acceso desigual al crédito: las microempresas y autónomos encuentran mayores barreras en comparación con las medianas empresas.
  • Contracción del nuevo crédito: los nuevos préstamos otorgados a PYMEs en términos reales (ajustados por inflación) han disminuido en el segundo trimestre de 2024 un 2,9% respecto al mismo periodo de 2019, situando la financiación en un nivel más bajo que antes de la pandemia.
  • Aumento de costes financieros: la subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo desde 2022 ha encarecido los préstamos significativamente. Aunque los tipos de interés de los nuevos préstamos han mostrado ligeros descensos en 2024, siguen siendo elevados respecto a ejercicios anteriores.
  • Deterioro en los plazos y condiciones: el plazo medio de los préstamos a PYMEs se ha reducido, alcanzando niveles inferiores a 11 meses, un mínimo no observado desde 2009. Además, más del 90% de los préstamos recientes tienen plazos de un año o menos, dificultando la planificación financiera a largo plazo.
  • Gestión de deuda acumulada: la carga financiera heredada del periodo de crisis sigue siendo un obstáculo para muchas empresas.

Oportunidades futuras

El acceso a la financiación de las PYMES ha comenzado a mejorar en el segundo semestre del presente ejercicio 2024, principalmente por el giro en la política monetaria de los bancos centrales en el contexto de reducción de la inflación, de forma que han iniciado una senda de reducción de los tipos de interés oficiales que ya se aprecia en el mercado bancario. Asimismo, se constata ya un crecimiento relevante en la concesión de nuevo crédito, en un contexto de fuerte competencia entre las entidades financieras, que tratan de compensar el menor crecimiento de su margen financiero con un mayor volumen de crédito en todos los segmentos, principalmente hipotecario y empresas.

A esta mejora de la financiación privada se suman nuevas líneas de crédito del ICO procedentes de los fondos Next Generation, que se canalizarán a través de las entidades financieras. Están destinadas a PYMEs y autónomos, divididas en dos grandes líneas: la línea ICO-Verde, que tiene como objetivo financiar proyectos que reduzcan el impacto medioambiental de las empresas y cuenta con 22.000 millones; y la línea de financiación ICO MRR Empresas y emprendedores, dotada con 8.150 para financiar mejoras de sus procesos que potencien su crecimiento y su competitividad.

Por tanto, a modo de conclusión el periodo 2020-2024 ha sido de profundas transformaciones para las PYMEs españolas, que han tenido que afrontar importantes desafíos económicos y financieros. Aquellas que los han superado con éxito, han sentado las bases para una recuperación más innovadora y resiliente. Sin embargo, es imprescindible seguir trabajando en diversificar las fuentes de financiación y mejorar el acceso para las empresas más pequeñas. De acuerdo con el último informe de financiación de CEPYME, los nuevos préstamos a PYMEs deberían aumentar en torno a 40.000 millones de euros anuales para recuperar un nivel equivalente a 2019. Sólo así seremos capaces de superar algunos de nuestros principales desequilibrios estructurales, como son la elevada tasa de desempleo y el insuficiente nivel de inversión, que dificulta la mejora de la productividad y del potencial de crecimiento a largo plazo.

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