Publicado el 8 de noviembre de 2024

Gases renovables, alternativa al combustible fósil

Los gases renovables o de bajas emisiones (biometano, biogás y gas sintético e hidrógeno renovable) son cruciales para la descarbonización.
Gases Renovables Blog Aserta

Los gases renovables o de bajas emisiones (biometano, biogás y gas sintético e hidrógeno renovable) son cruciales para lograr la descarbonización.

El metano es un potente gas de efecto invernadero (su potencial de calentamiento es 80 veces mayor al del CO2 y dura 20 años desde su liberación a la atmósfera). Las alternativas en desarrollo están en el punto de mira de países de todo el mundo.

Conocido también como electrometano, metano electrónico o metano sintético, el e-metano es un gas renovable que se produce capturando dióxido de carbono (CO2) y combinándolo con hidrógeno verde mediante metanización.

La EBA (Asociación Europea del Biogás) ha publicado la primera evaluación del despliegue del e-metano en Europa. Según este informe, la producción de e-metano en Europa está creciendo a buen ritmo. Actualmente hay 35 plantas operativas, 33 de las cuales son totalmente renovables. Alemania encabeza la lista con 14 instalaciones. Además, 20 nuevas plantas de e-metano están en proyecto en Europa, lo cual indica un mayor crecimiento del sector.

E-metano: la apuesta por la descarbonización

El e-metano tiene propiedades químicas y físicas casi idénticas al gas natural. Por lo tanto, puede contribuir a la descarbonización de las redes de gas sin necesidad de modernizar la infraestructura existente. Esto permite a los hogares reducir sus emisiones sin realizar ningún tipo de inversión. Es más, no solo no requiere adaptación de la infraestructura gasista para su distribución en los hogares, tampoco en lo referente al transporte ni almacenamiento.

Por otro lado, es también económicamente sostenible, ya que minimiza el coste de la descarbonización la industria y no solo para los ciudadanos.

Con el 30% del potencial de biometano que existe en España, podría descarbonizarse el 100% del parque de viviendas de España sin ninguna inversión. El potencial es tal que la Comisión Europea ha establecido un objetivo de 47 TWh/año de biometano para España en 2030 para abastecer y descarbonizar todos los hogares del país.

Además, su versatilidad como fuente de combustible de bajas emisiones de carbono lo hace muy valioso para la descarbonización de todos los sectores económicos en Europa, incluidos transporte, construcción e industria.

Progresión de la adopción del e-metano

En los últimos ocho años, la capacidad de producción de e-metano en Europa ha aumentado de 20 GWh por año a 449 GWh. Las estimaciones indican que en 2027 esta capacidad alcanzará casi los 3.000 GWh por año. Finlandia, Alemania y Dinamarca son pioneros, con las mayores capacidades de producción.

La metanización ha tenido éxito en varios proyectos piloto y de demostración, incluido el proyecto Biomethaverse, financiado con fondos europeos, que investiga y desarrolla vías innovadoras de producción de biometano.

Sin embargo, la compleja cadena de valor que implica la producción de e-metano conlleva altos costes de inversión y operativos. Por ello es necesario un mayor desarrollo tecnológico y apoyo normativo.

Necesidad de reflexión y toma de conciencia

El metano es responsable de alrededor del 30% del aumento de las temperaturas globales desde la Revolución Industrial. En la COP28, casi 200 países prometieron reducir sustancialmente las emisiones de metano en esta década. A su vez, nuevas empresas se comprometieron a actuar mediante la Carta de Descarbonización del Petróleo y el Gas (OGDC), ahora con más de 50 signatarios.

Las operaciones de la industria del petróleo y el gas son responsables de cerca del 15% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. Pero las compañías de petróleo y gas actualmente representan solo el 1% de la inversión total en energía limpia a nivel mundial.

Sus estrategias de transición a corto plazo deben incluir la reducción de emisiones de metano mediante la minimización de la quema y el venteo. Estas son responsables de más de la mitad de las emisiones totales de las operaciones de petróleo y gas.

El compromiso del OGDC de reducir casi a cero las emisiones de metano para 2030, si se cumple en su totalidad y a tiempo, se traduciría en un gran avance.

De la teoría a la acción

La reducción de las emisiones de metano es solo una de las medidas necesarias para lograr cero emisiones netas en el sector energético.

Un informe reciente, From Taking Stock to Taking Action: How to implement the COP28 energy goals (De hacer balance a actuar: cómo implementar los objetivos energéticos de la COP28), analiza los riesgos de la implementación parcial de los ambiciosos objetivos de la transición energética mundial de la conferencia sobre el clima COP28 de 2023. También analiza cómo los países pueden integrar esas metas en su próxima ronda de objetivos nacionales del Acuerdo de París.

Triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar la eficiencia para 2030, dos objetivos acordados en la conferencia, podrían, por sí solos, permitir que se completen dos tercios del camino hacia un sistema energético alineado con el Acuerdo de París para 2030. Así, se reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo en 10.000 millones de toneladas a finales de la década.

Si se logra como parte de una implementación integral de los resultados de la COP28 (equilibrada entre países, sectores y tecnologías, y con la infraestructura facilitadora necesaria), mantendría abierto el camino hacia emisiones netas cero para 2050 y la esperanza de limitar el calentamiento global a 1,5 °C.

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