Según el análisis Perspectivas de la economía mundial (informe WEO de la Organización de las Naciones Unidas de abril de 2025) del FMI, la IA puede aumentar el ritmo medio del crecimiento económico mundial anual. Sin embargo, ese impulso no está exento de dificultades. Los centros de datos que alimentan la IA ejercen una alta demanda sobre las redes de suministro eléctrico. Ello supone un reto de cara al abastecimiento mundial de electricidad. De ahí la importancia de impulsar los centros de datos sostenibles.
Centros de datos: el lado menos amable de la IA
La computación en la nube registra un aumento anual del 10 al 30% en el uso de energía. Por otro lado, también son una fuente importante de emisiones de carbono, al consumir un volumen de energía que en algunos casos se equipara al gasto de un país en varios años. Actualmente, la mayoría de las emisiones provienen de la generación de electricidad necesaria para alimentar los centros de datos y equipos para su funcionamiento.
La industria de los centros de datos consume actualmente entre el 1% y el 3% de la energía mundial. Este alto consumo no sería un problema si la electricidad se generase íntegramente a partir de energías renovables. Sin embargo, actualmente, más del 60% de la electricidad del mundo se produce utilizando combustibles fósiles.
Los centros de datos y las redes de transmisión son responsables de cerca del 2% de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la energía. Se prevé que esta cifra se duplique hacia 2026, de acuerdo con los últimos datos del Foro Económico Mundial.
Además, la industria de los centros de datos se encuentra entre las diez principales industrias consumidoras de agua. Los centros de datos utilizan agua para la refrigeración líquida y la producción de electricidad.</span>
El equilibrio de todas estas variables en juego tiene sus miras puestas en los centros de datos sostenibles.
Los Green Data Centers son instalaciones diseñadas para minimizar su impacto ambiental a través de la eficiencia energética, el uso de energías renovables (como la solar y la eólica) y la economía circular.
Estos centros implementan tecnologías avanzadas para la refrigeración (por ejemplo, la líquida) y estrategias de gestión inteligente para reducir el consumo y las emisiones de CO2, alineándose con objetivos globales de sostenibilidad.
Centros de datos de IA y electricidad
Según las últimas estimaciones anuales de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), los centros de datos del mundo consumieron más de 500 teravatios-hora de electricidad en 2023. Ese total, que supuso más del doble del consumo eléctrico anual entre 2015 y 2019, podría triplicarse hasta alcanzar los 1.500 teravatios-hora en 2030, según proyecciones de la OPEP.
La electricidad que consumen únicamente los centros de datos, que ya se sitúa al nivel del consumo eléctrico de Alemania o Francia, alcanzaría para 2030 niveles comparables a los de la India, tercer país del mundo en consumo eléctrico. También superaría con creces el consumo atribuible a los vehículos eléctricos, pues, para finales de la década, supondría usar 1,5 veces más electricidad que los coches eléctricos.
El lugar con el crecimiento más rápido en el consumo de energía de los centros de datos es Estados Unidos, que acumula la mayor concentración del mundo. Allí la necesidad eléctrica para las granjas de servidores puede verse multiplicada por más de tres, superando los 600 teravatios-hora para 2030.
El aumento de construcción de nuevos almacenes para albergar datos en la nube y responder a las preguntas dirigidas a la IA requiere de estrategias energéticas eficaces. Han de poder garantizar una oferta capaz de responder a una demanda en aumento constante.
Los modelos eficientes de IA de código abierto, como DeepSeek, reducen los costes de computación y de demanda de electricidad. No obstante, unos costes más bajos hacen crecer el uso de la IA. Además, los modelos de razonamiento que consumen más energía elevan la demanda energética.
El efecto neto sobre la demanda eléctrica mundial es aún incierto. Esto podría provocar un retraso en las inversiones energéticas y una subida de los precios. Aplicar políticas que incentiven el uso de múltiples fuentes de energía puede mejorar la oferta de electricidad, ayudar a mitigar las subidas de precios y contener las emisiones.
En un artículo anterior, revisamos la relación entre IA y electricidad repasando los posibles escenarios futuros que se manejan en la actualidad, así como los nuevos usos.
Centros de datos de IA y emisiones de GEI
El sector de los centros de datos representa entre el 1 y el 2% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero (GEI). Esto es el resultado de la creciente demanda de energía eléctrica para ejecutar trabajos más grandes y complejos y cargas más rápidas para mantener la calidad habitual del servicio.
Con las actuales políticas energéticas, el aumento de la demanda de electricidad debido a la IA podría sumar alrededor de 1,7 gigatoneladas de emisiones mundiales de gases de efecto invernadero entre 2025 y 2030. Es una cantidad similar a las emisiones relacionadas con la energía de toda Italia durante un período de cinco años.
Según ENERTIC, algunos estudios afirman que, al ritmo actual, las emisiones de la computación de datos pueden aumentar potencialmente hasta el 14% de las emisiones globales para 2040. Por lo tanto, los centros de datos deben encontrar formas de reducir sus emisiones para poder alcanzar los objetivos climáticos globales. Algunas empresas están consiguiendo importantes avances al respecto.
Por ejemplo, Microsoft utiliza algoritmos de IA para mejorar la eficiencia energética. A través de análisis predictivos, los algoritmos programan cargas de trabajo de forma dinámica. Esto permite que los servidores entren en estado de bajo consumo y ahorren energía durante períodos de menor demanda. Por su parte, Deepmind AI de Google analizó datos y patrones y consiguió una reducción de costes de enfriamiento de hasta un 40%.
Este tipo de avances son esenciales para impulsar la sostenibilidad en los centros de datos. El objetivo es reducir los costes operativos, lograr un enfriamiento eficiente y mayor sostenibilidad. Todo ello reduce costes tanto para los operadores como para los clientes de los servicios.
Energía solar y eólica en centros de datos sostenibles
Los centros de datos sostenibles usan fuentes limpias, como la energía solar, eólica o geotérmica, reduciendo la dependencia de combustibles fósiles.
Estos centros cuentan con paneles solares en las propias instalaciones, o aprovechan la energía de parques eólicos para el suministro de energía. Esto reduce su dependencia de la red eléctrica convencional y también minimiza las emisiones de CO2.
Cada vez más países, incluida España, cuentan con centros de datos con certificaciones sostenibles, como LEED Gold. Estas certificaciones garantizan una construcción con altos estándares de sostenibilidad y uso del 100% de energía proveniente de fuentes renovables.
Pese a todo, las tecnologías de energía renovable, como la solar y la eólica, aún no están lo suficientemente maduras como para proporcionar energía confiable para los centros de datos. Conforme vaya reduciéndose el coste de la energía renovable y madure la tecnología, los centros de datos con cero emisiones netas serán más viables.