Según la Asociación para el impulso de la industria internacionalizada (amec), la economía española ha logrado una significativa recuperación en 2024, alcanzando los 7,03 puntos en el Índice de Solidez de la Internacionalización (ISI).
Este dato supone un 12,6% de crecimiento con respecto al año anterior y es el mayor desde que se elabora el índice. Así, 2024 invierte la caída de 2023 y coloca a España en una mejor posición con respecto a la creciente inquietud geopolítica que se anticipa en los próximos meses.
Por otro lado, cabe mencionar que la deuda de nuestro país ha seguido reduciéndose, hasta alcanzar el 107,2 % del PIB, el nivel más bajo desde la crisis financiera. También por debajo del promedio europeo. La capacidad de financiación de la economía española fue del 3,9 % del PIB en febrero, la cifra más alta de la última década.
Pese a ello, el Banco de España acaba de revisar a la baja su pronóstico de crecimiento de la economía española en tres décimas, hasta un 2,4%. El escenario contemplado es de moderación del crecimiento, sujeto a la elevada incertidumbre global. Aunque España demuestra solidez, la alta incertidumbre generalizada se impone y lastra el escenario internacional.
España, robusta frente a tensiones comerciales y geopolíticas
El Índice de Solidez de la Internacionalización (ISI) evalúa 19 indicadores clave que en el caso de España indican una internacionalización más sólida. Según amec, esta mejora en España se debe, en gran medida, a la sustancial recuperación del Indicador de Exportaciones en el pasado año 2024.
La solidez referida en el informe de amec también se debe al comportamiento positivo de ciertos indicadores como la diversificación, tanto a nivel empresarial como a nivel geográfico, lo que ha expandido las exportaciones. Mientras que los mercados tradicionales han seguido siendo importantes en 2024, también hubo una significativa expansión hacia Asia, África y América Latina. Esta estrategia ha permitido una estructura exportadora más equilibrada y menos dependiente. Todo ello resta vulnerabilidad a las empresas ante cambios globales.
La reorganización de cadenas de suministro y la apuesta por mercados alternativos jugaron un papel fundamental, según la asociación. En un entorno político crispado durante meses por la batalla arancelaria, el comercio mundial se resintió, pero las empresas españolas supieron anticiparse y adaptarse. Esta habilidad ha permitido que el país pueda minimizar el impacto de los aranceles.
De hecho, recientemente hemos sabido de la creación del Observatorio de Seguimiento de Impacto Arancelario de la Economía Española por parte del Gobierno y las comunidades autónomas. La nueva entidad busca el fortalecimiento de la internacionalización mediante un espacio compartido para abordar los conflictos comerciales y las estrategias necesarias para mitigar sus efectos.
Inversión internacional y competitividad exterior
El ISI se ha visto impulsado por los valores más altos de la serie histórica en Inversión en el Exterior e Inversión Extranjera. Frente a la caída en los flujos de inversión internacional en economías tradicionales como Alemania, Francia o Italia, España resiste y afianza su posición.
Se espera que la inversión siga al alza, apoyada en los fondos europeos, la construcción y la inversión en capacidad de producción de las empresas. La solidez de los bancos (solvencia, liquidez y rentabilidad) es crucial en estos momentos de incertidumbre. Sirva de ejemplo el aumento de dos dígitos en la financiación a familias y empresas a un interés muy por debajo de la media europea.
Así, la buena noticia para España es que se perfila como destino destacado para la inversión internacional en medio de un entorno de alta incertidumbre global. De hecho, acaba de darse a conocer que BlackRock ha alcanzado los 70.000 millones de inversión en España. Frente a esto, encontramos a otras economías europeas como Alemania, Italia o Francia, que viven fuertes caídas de la inversión. De hecho, como ya vimos en un artículo anterior, destaca en general el buen momento para la economía sur de Europa, con países como Portugal o España.
Por otro lado, el indicador de Cuota Mundial señala que el país exporta por encima de lo que le corresponde en proporción a su PIB. Asimismo, el Peso de las Exportaciones en el PIB se sitúa en un 37%, acercándose al valor ideal del 40%. Esto supone que la competitividad exterior de España se mantiene.
Barreras y retos para el progreso
A pesar de todo lo anterior, también existen limitaciones que suponen retos para España. Sobre todo la dramática caída del número de empresas exportadoras españolas en los últimos cuatro años. De las más de 235.000 en 2021 a las 132.000 actuales. Para revertir la tendencia, serán necesarias políticas que refuercen los instrumentos financieros públicos para la internacionalización y que también agilicen la simplificación burocrática.
También el estancamiento del indicador de Exportadores Regulares disminuyó nuevamente en 2024, tras varios años de caída. Lo hizo también el indicador de Intensidad Tecnológica.
Por último, el reporte de la asociación refiere la necesidad de abordar el indicador de Barreras. Se refiere a las barreras técnicas, regulatorias o arancelarias que frenan el desarrollo del comercio internacional actualmente en nuestro país.