28 diciembre 2020 Compartir en:

¿Qué esperar de la economía española en 2021?

  • Diversos análisis concuerdan en que los supuestos macroeconómicos utilizados para formular los Presupuestos Generales del Estado del 2021 son optimistas en medio de un futuro económico incierto.
  • La deuda pública y el déficit fiscal se sitúan en niveles que podrían ser difíciles de sostener, aunque expertos manifiestan que no es motivo de alarma en el corto plazo.
  • Las pequeñas y medianas empresas han sido las más afectadas por la pandemia, y las que han señalado mayor preocupación por el estado de la economía española.

Durante el tercer trimestre del año, España superó expectativas con un repunte en su economía. De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento fue de 16.7% en relación con el trimestre anterior, lo cual sienta las bases para un escenario en el que la contracción de la economía española será menor a la originalmente proyectada para el 2020.

No obstante, el panorama económico aún es incierto. La economía española se mantiene un 8.7% por debajo de su nivel de hace un año, y el cuarto trimestre puede afectar las proyecciones de crecimiento para el 2021. La recuperación económica ha sido más significativa para el consumo y la inversión privada, pero menor para los componentes del sector externo, con los servicios turísticos frenando las exportaciones.

Debido a ello, el FMI califica de optimista la perspectiva macroeconómica en la que se basan los Presupuestos Generales del Estado. El gobierno proyecta una recuperación de la actividad económica de aproximadamente 10% durante el 2021, mientras que el FMI proyecta alrededor del 7%. Las discrepancias surgen principalmente por el uso de los fondos de la Unión Europea (UE) y el multiplicador asociado, debido a que el FMI espera una absorción más lenta de los fondos.

Las estimaciones económicas de los PGE

El Círculo de Empresarios de España también considera que el escenario inicial del gobierno es optimista, en especial con respecto al gasto público, el cual podría ser infraestimado. Esto resultaría por la necesidad de prolongar los ERTE, el incremento del apoyo al desempleo, y a la liquidez y solvencia empresarial, así como el incremento del gasto sanitario.

Además, consideran que los PGE van a situar el déficit y la deuda pública en niveles que serán difíciles de sostener. Si bien fueron necesarias las medidas de apoyo implementadas en 2020 y que deberán mantenerse en 2021, no existe una estrategia de transición para regresar a la senda de consolidación presupuestaria.

El alto volumen de endeudamiento genera la interrogante de si será posible afrontar su pago. No obstante, en el futuro próximo esto no es motivo de alarma, detalla El País. La calidad crediticia de las economías avanzadas, como es el caso de la española, ha demostrado resistencia porque el impacto de una mayor deuda es mitigado con unos bajos costes de financiación. Tampoco existe el riesgo de que el mercado endurezca sus exigencias a los países más endeudados, poco probable en el contexto actual.

Por su parte, la Comisión Europea (CE) señaló la importancia de que España adopte medidas presupuestarias de apoyo que preserven la sostenibilidad fiscal a medio plazo. En un informe, destaca que la deuda se disparará al 120.3% del PIB durante 2020 y seguirá subiendo en 2021 hasta un 122%, lo cual difiere de las estimaciones de los PGE. También disminuyó algunas de las previsiones de ingresos contemplados en los PGE con el impuesto de las transacciones financieras, el impuesto a las actividades digitales y el plan antifraude, en total siendo casi 1.000 millones menos de lo presupuestado. Además, prevé que la tasa de desempleo aumente al 17% al cierre de 2020 y vuelva a subir en 2021.

Perspectivas económicas del tejido empresarial español

El estado de la economía en España afecta de sobremanera a un sector: las pequeñas y medianas empresas. Pocas son optimistas sobre las perspectivas de mejora en el corto plazo. En una encuesta de McKinsey, 89% considera la economía como débil. Esto es justificable al tomar en consideración el grado en que la pandemia está afectando la posición financiera de las pymes, desafiando la capacidad de retener al personal o pagar préstamos y arrendamientos. En comparación con el resto de Europa, las PYMES españolas están entre las más pesimistas, con un 30% señalando preocupación por devolver los préstamos, contrastado con un 14% en Alemania.

Entre las obligaciones de pago de las empresas españolas, la que más genera preocupación es la de sueldos y salarios. Debido a esto, según una encuesta realizada por la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), más de la mitad de las PYMES españolas considera que deberán recortar su número de empleados en 2021. Los encuestados también consideran que las medidas que debe tomar el gobierno para asegurar supervivencia es reducir el gasto público, facilitar la transformación de las administraciones públicas, otorgar ayudas económicas directas a las PYMES que operan en los sectores más afectados por el coronavirus, y ampliar los ERTE hasta junio de 2021.

Este último punto será importante durante el próximo año, debido a que aún con el efecto mitigante de los ERTE, el mercado laboral español ha sufrido un brusco descenso en su actividad. Un informe de Bankinter contempla una proyección de la reducción gradual de los ERTE hasta finales de 2021, lo cual en conjunto supondría la subida de la tasa de paro hacia 17.8% en 2021. Las previsiones económicas de crecimiento y paro de CaixaBank Research también advierten el aumento de la tasa de riesgo de pobreza y la tasa de exclusión social, llegando hasta el 27% de la población, para lo cual será necesario desarrollar políticas inclusivas que permitan que la recuperación llegue a más personas y empresas.

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