Según ONU Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el crecimiento mundial se reducirá al 2,3% en 2025, debido a la incertidumbre global y sus efectos en el crecimiento económico. Esta previsión se encuentra por debajo del 2,5% asociado a la recesión.
Por su parte, la OCDE también prevé este año una bajada notable del crecimiento económico mundial, más pronunciado en Estados Unidos y China, así como en países de Latinoamérica. Según la última edición del informe Perspectivas Económicas de la OCDE de junio de 2025, los motivos serán las barreras al comercio, el endurecimiento de las condiciones financieras, la caída de la confianza y el aumento de la incertidumbre política.
Ambas organizaciones, OCDE y UNCTAD, advierten que las proyecciones a la baja se mantendrán en 2026. Se debe a que la incertidumbre impulsa a empresas y hogares a posponer decisiones de inversión y consumo, mientras que las barreras comerciales y la fragmentación de la economía global reducen la actividad comercial a corto y medio plazo.
Si hace unos meses mucho se hablaba sobre cómo las tensiones comerciales desaceleran el crecimiento económico, las nuevas subidas de aranceles y las medidas de represalias agravan la situación, reduciendo aún más la previsibilidad. Los efectos en la política comercial repercuten en las finanzas y el crecimiento económico. Las consecuencias son especialmente duras en ciertas áreas, como en los países en desarrollo.
Pero también Estados Unidos y China acusan fuertes bajadas. En el caso de Europa, la previsión depende de los distintos países y su situación específica de fortaleza o debilidad. En España, ya vimos que la economía española está fuerte ante la incertidumbre global. Pero en general, la OCDE contempla previsiones poco halagüeñas para gran parte de los países, como repasamos a continuación.
Estimación por zonas y países, según la OCDE y ONU
En Estados Unidos, se prevé un descenso en el crecimiento del PIB, pasando del 2,8% en 2024 al 1,6% en 2025 y al 1,5% en 2026.
El crecimiento de China previsiblemente se moderará, pasando del 5,0% en 2024 al 4,7% en 2025 y al 4,3% en 2026.
La previsión de crecimiento económico de Latinoamérica en 2025 ha bajado del 2,5% inicial al 2,2%, según la ONU y la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).
En la zona del euro, la entidad espera un repunte moderado del crecimiento, del 0,8% en 2024 al 1,0% en 2025 y al 1,2% en 2026. La Unión Europea es una de las pocas excepciones de este escenario generalizado de contracción.
Según la OCDE, las presiones inflacionistas que han resurgido en algunas economías serán motivo de un retroceso significativo. La entidad espera que el repunte de los costes comerciales en los países que están subiendo los aranceles incremente aún más la inflación. En contraposición, el impacto se verá parcialmente compensado por la debilidad de los precios de las materias primas.
En las economías del G-20, la OCDE prevé una moderación colectiva de la inflación general anual, del 6,2% al 3,6% en 2025 y al 3,2% en 2026.
Incertidumbre comercial y financiera
La incertidumbre en la política comercial se encuentra en niveles históricos y está arrastrando la confianza empresarial, reconfigurando el comercio mundial. Fabricantes e inversores están aplazando decisiones, revisando sus cadenas de suministro y reforzando la gestión de riesgos.
Tras un repunte temporal a fines de 2024, el dinamismo en el comercio de mercancías se está diluyendo. Es llamativo que el Índice de Fletes Contenerizados de Shanghái cayó un 40% entre enero y marzo de 2025, regresando a niveles prepandemia.
El récord de incertidumbre en las políticas económicas también está alimentando la volatilidad financiera. A comienzos de 2025, el Índice de Incertidumbre en la Política Económica alcanzó su nivel más alto del siglo, superando los picos registrados durante la crisis financiera de 2008 y la pandemia de COVID-19.
La mayor incertidumbre también está elevando los rendimientos de los bonos. Así lo refleja el aumento de la prima por plazo (compensación adicional que exigen el inversor por mantener deuda a largo plazo). Esto encarece el financiamiento para gobiernos, hogares y empresas, presiona al alza las tasas de interés globales y complica aún más el panorama para los países en desarrollo.
Los rendimientos persistentemente altos de los bonos en las economías avanzadas, junto con una política monetaria más restrictiva en Estados Unidos, pueden ocasionar la desviación de los flujos financieros fuera de los países en desarrollo. Los inversores, por precaución, desvían el capital hacia activos considerados más seguros. Esto agrava las dificultades de financiamiento en el Sur Global.
Oportunidades ante la incertidumbre para frenar la contracción
Pese a este complejo escenario, los analistas de las distintas entidades señalan también las oportunidades existentes.
Una de las más destacadas es la que supone el comercio entre países en Desarrollo, conocido como comercio Sur-Sur. En los últimos tiempos se observa un crecimiento más rápido que otros flujos comerciales y ya representa cerca de un tercio del comercio mundial.
Mientras algunos países desarrollados retiran fondos de la ayuda al desarrollo, los países del sur global tratan de mejorar los mecanismos de cooperación entre ellos.
Esta cooperación Sur-Sur es un proceso por el cual los países en desarrollo, al margen de su ubicación geográfica, ponen todos los medios a su alcance para conseguir objetivos de desarrollo individuales o compartidos. Tal como detalla la UNCTAD, lo hacen mediante el intercambio de conocimiento, habilidades y recursos, a través de asociaciones que reúnen a organismos del gobierno, organizaciones regionales, sociedad civil y sectores académico y privado.
Otras de las vías de mejora para invertir la tendencia de la recesión es el aprovechamiento de la tecnología y el conocimiento. Álvaro Santos Pereira, Economista Jefe de la OCDE, apunta: “El aumento de la inversión en la economía digital y basada en el conocimiento refleja una evolución positiva”. Sin embargo, a día de hoy la inversión pública se muestra insuficiente en este y otros ámbitos cruciales para el crecimiento.
Por su parte, la UNCTAD llama a una mayor coordinación internacional de políticas y al fortalecimiento del comercio regional, en línea con la apuesta que está haciendo el Sur Global por esa cooperación mutua entre los países de la zona y que sin duda es buen ejemplo para los países desarrollados.