Publicado el 10 de diciembre de 2021

¿Cuáles son las previsiones económicas de España en 2022?

La economía española seguirá recuperándose en 2022 tras el descalabro que supuso el confinamiento. Los expertos pronostican que el PIB crecerá entre el 4,5% y el 5,7%, mientras que para 2022 se espera un repunte del 5,5%. Además, el sector de la construcción y la obra pública se debería ver beneficiado por la llegada de […]
perspectivas económicas de España 2022

La economía española seguirá recuperándose en 2022 tras el descalabro que supuso el confinamiento. Los expertos pronostican que el PIB crecerá entre el 4,5% y el 5,7%, mientras que para 2022 se espera un repunte del 5,5%. Además, el sector de la construcción y la obra pública se debería ver beneficiado por la llegada de los fondos europeos para la recuperación.

La economía española cerró el ejercicio 2020 con una caída del PIB del 10,8%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Además, el año pasado se llevó por delante 622.600 empleos y la cifra de parados creció en 527.900 personas, alcanzando una tasa de desempleo del 16,1%, tal y como se recogía en la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2020.

Así pues, el batacazo económico que sufrimos el año pasado rebajó notablemente la base desde la que partíamos en 2021. Esto explica los importantes crecimientos que hemos podido registrar este año, tanto en el PIB como en la generación de empleo, a medida que la actividad económica ha ido pudiendo recuperar cierta normalidad.

Nuestra economía volvió a crecer en el tercer trimestre de 2020, el primero tras el confinamiento (+16,8% intertrimestral). Desde entonces, se han anotado continuos incrementos intertrimestrales, con la excepción del periodo de enero a marzo de 2021. Y ya en el tercer trimestre de este año se recogió un crecimiento interanual del 2,7%, según las cuentas publicadas por el INE.

Recortes en las perspectivas económicas de España

Aunque los datos son positivos, todavía se sitúan muy lejos de las expectativas, por lo que las perspectivas económicas de España son inciertas. El pasado mes de septiembre, el Gobierno reiteró sus previsiones de crecimiento para 2021 y 2022, fijadas en +6,5% y +7%, respectivamente.

Sin embargo, los expertos han ido recortando sus previsiones de crecimiento del PIB de España tras conocer los datos definitivos del segundo trimestre de 2021, una vez que el INE ajustó a la baja las cifras provisionales anunciadas previamente. Hay que recordar que el organismo publicó un crecimiento del 19,8% interanual y del 2,8% intertrimestral, que tras la revisión quedó ajustado a un +17,5% interanual y +1,1% intertrimestral.

Por ejemplo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha rebajado sustancialmente sus expectativas hace apenas unos días. Si el pasado mes de septiembre preveía un incremento del 6,8% para 2021 y del 6,6% en 2022, ahora adelanta un crecimiento del 4,5% en 2021 y del 5,5% en 2022.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha modificado a la baja su pronóstico para 2021. El ‘World Economic Outlook’ de octubre, ha dejado en un +5,7% el crecimiento del PIB de España, frente al +6,2% previsto en julio. Por el contrario, ha mejorado sus expectativas para 2022, con un crecimiento esperado del 6,4% (+5,8% en julio).

En esa misma línea, MAPFRE Economics ha cambiado la previsión para 2021 en su ‘Panorama económico y sectorial 2021: perspectivas hacia el cuarto trimestre’, con un pronóstico de crecimiento del PIB del 5,7% (+6% en la publicación del trimestre anterior). A la par, mejora sus expectativas para 2022, año para el que espera un crecimiento del 6,2% (+6% en el boletín anterior).

BBVA Research también ha revisado a la baja sus pronósticos en el ‘Observatorio Regional’ del cuarto trimestre de 2021, previendo un crecimiento del PIB del 5,2% en 2021 y del 5,5% en 2022 (+6,5% en 2021 y +7% en 2022 en su estudio del tercer trimestre).

Igualmente, el Banco de España (BdE) prevé recortar sus previsiones. Paradójicamente, el  último boletín económico del BdE, publicado en septiembre, anunciaba una mejora en sus expectativas, pronosticando un crecimiento del PIB del 6,3% en 2021 (+6,2% en el boletín de junio) y del 5,9% para 2022 (+5,8% tres meses antes). Sin embargo, pocos días después, Pablo Hernández de Cos, gobernador del BdE, anunció que se realizará una “revisión significativa a la baja”, tal y como recogía Europa Press. Explicó que esta rebaja es consecuencia de la “elevada incertidumbre” generada por la evolución de la pandemia, la tensión inflacionista, la crisis de suministro y logística y el encarecimiento de los precios de la energía.

Todas estas circunstancias están lastrando la recuperación, ralentizando la salida de la crisis y complicando las perspectivas económicas de España. “Los indicadores económicos para España siguen mostrando una recuperación para acercarse o superar ya los niveles prepandemia, aunque a un ritmo menor del esperado”, afirma Víctor Ruiz, profesor de EAE Business School. De este modo, augura un incremento del PIB en torno al 5,5% en 2022, aunque advierte que las previsiones “deberán monitorizarse sobre todo durante la primera parte del año, a tenor de la evolución de la pandemia”.

perspectivas económicas de España 2022

El lastre de la inflación y el desempleo

La inflación y el desempleo son dos factores que condicionan tradicionalmente las perspectivas económicas de España. Ruiz pronostica que “la inflación seguirá a niveles anormalmente altos, pudiendo sostenerse un nivel cercano al 5%, lo que reduce prácticamente toda la subida del PIB”. Hay que recordar que el IPC se disparó un 5,5% en octubre, la mayor subida en 29 años. Este repunte se explica por dos circunstancias. Por un lado, por el efecto base, provocado al comparar los datos con 2020, cuando los precios se redujeron como consecuencia de la pandemia. Y también por el aumento de los precios de la energía, especialmente de la electricidad, aunque también del gas y la gasolina. 

Pero esta situación no debería prolongarse indefinidamente. Ruiz espera que la tendencia inflacionista se reduzca a mediados de primavera, “debido a la estabilización de los precios de la energía, que ya se está reflejando en el mercado de futuros”.

Igualmente, opina que la crisis de suministro “se está empezando a solucionar”, aunque advierte que “el efecto de estabilización no va a ser inmediato”. “Habrá que seguir la evolución tanto en Estados Unidos como en China, donde el tráfico de contenedores y buques es mayor y se está reduciendo el número de barcos a la espera de entrada en los puertos mundiales. A principios de año, la situación será mucho mejor. Y en febrero o marzo deberíamos estar hablando de niveles de normalidad”, apunta.

En cuanto a la evolución del mercado laboral, la recuperación también es gradual. Según las perspectivas económicas de España de la EPA del tercer trimestre de este año, vuelve a haber más de 20 millones de empleados, una cifra que no se alcanzaba desde antes de la crisis de 2008. Y la tasa de paro se situó en el 14,6%.

BBVA Research prevé que el número de trabajadores empleados crecerá un 2,9% en 2021, elevando el ritmo de creación de empleo hasta el 3,2% en 2022. Por su parte, el BdE pronostica que la tasa de desempleo se coloque en el 15,1% este año y en el 14,3% en el siguiente ejercicio. Además, espera un incremento del número de horas trabajadas del 8,1% en 2021 y del 5,6% en 2022.

El experto del EAE coincide en el pronóstico. “La evolución del mercado laboral seguirá como en el 2021, con una tasa de desempleo muy ligeramente inferior a la actual y con niveles cercanos al 15%, superior a la media de países de la eurozona”, detalla.

Más inversión en obra pública, pero con incertidumbres

La evolución del sector de la construcción y la obra pública en el próximo ejercicio estará condicionada por diversos factores. En primer lugar, por las circunstancias derivadas de la crisis originada por la COVID-19. “Las consecuencias de la pandemia están siendo varias. Por un lado, el alza de precios. Los industriales repercuten estas alzas inmediatamente o se van. Por otra parte, la falta de suministros, que hace que los plazos se eternicen. Además, hay incertidumbre a la hora de hacer los estudios de los proyectos, dado que el riesgo de los precios los está soportando al 100% el sector privado, mientras que la Administración se está beneficiando de la desindexación de los precios. Todo ello puede afectar gravemente a todo un sector ya de por sí muy tocado por la crisis anterior”, afirma Santiago Alija, profesor de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), en el Máster Universitario en Sistemas Integrados de Gestión de la Prevención de Riesgos Laborales, la Calidad, el Medio Ambiente y la Responsabilidad Social Corporativa (SIG).

Pero también hay factores que nos permiten contemplar 2022 con optimismo. “Los Presupuestos Generales del Estado prevén más inversión en obra pública que en los años precedentes”, anota Ruiz. Así pues, considera que las perspectivas respecto a la evolución de los concursos y las licitaciones son positivas, gracias a la llegada de los fondos destinados a la recuperación. “Las expectativas son muy buenas, a tenor de las cifras que se han publicado de inversiones en los próximos años. De los más de 43.000 millones de euros presupuestados para 2022, aproximadamente 22.500 millones provendrán del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia impulsado por el Gobierno. Se tendrá que seguir la evolución para ver que se cumplan las expectativas y que realmente se ejecuten todos los presupuestos planificados”, comenta.

Por otra parte, Alija remarca que “existe la esperanza de que el Gobierno haga algunos cambios en la ley actual de concesiones y de desindexación de precios, ayudando a la Administración a que maximice los fondos que le puedan llegar”. “Existen muchos proyectos en los que puede participar el sector privado, pero la ley actual obliga a tener unas rentabilidades mínimas (2,5%), lo que ahuyenta cualquier tipo de fondo a invertir para poder hacer proyectos públicos privados”, especifica.

Resolver estas cuestiones será fundamental, puesto que nuestro país debe afrontar importantes proyectos de infraestructuras que están a la espera. “Los grandes retos en España pasan por consolidar los trabajos del corredor del Mediterráneo, para que no se demore más su puesta en marcha; las mejoras en algunos puertos de la costa española, para ser más competitivos; y la mejora de la red ferroviaria actual, sobre todo para dar pasos hacia la mejora del transporte de mercancías por ferrocarril. Y con los compromisos medioambientales cada vez más urgentes, es muy necesario apostar por un abandonamiento de transporte con mayor consumo de combustibles fósiles”, desgrana el experto del EAE.

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