Publicado el 21 de abril de 2020

Medidas ante el coronavirus: Un Plan Marshall Europeo

La pandemia de COVID-19 ha generado una incertidumbre sumamente significativa para la sociedad, desde la restricción de movimientos a lo meramente esencial, hasta graves pérdidas de empleo y disrupción en la actividad económica que traerá consigo una serie de medidas ante el coronavirus además de consecuencias importantes para el continente europeo, epicentro de la enfermedad. […]
  • Líderes y organismos internacionales consideran necesaria la adopción de medidas e instrumentos que apoyen a los países impactados por el coronavirus, sobre todo una vez superada la crisis.
  • La presión para emitir los denominados “coronabonos” como medida en respuesta a la crisis ha generado división entre el norte y sur del continente europeo.
  • La Comisión Europea propuso la creación de un plan de inversiones incluido en el Marco Financiero Plurianual (MFP), un “Plan Marshall Europeo”.

La pandemia de COVID-19 ha generado una incertidumbre sumamente significativa para la sociedad, desde la restricción de movimientos a lo meramente esencial, hasta graves pérdidas de empleo y disrupción en la actividad económica que traerá consigo una serie de medidas ante el coronavirus además de consecuencias importantes para el continente europeo, epicentro de la enfermedad.

El coronavirus está resultando la tercera (y más grande) crisis económica, financiera y social del siglo XXI, después del 9/11 y la crisis financiera mundial de 2008, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La OCDE prevé que aún tras superar lo peor de la crisis sanitaria, la sociedad deberá enfrentarse a la crisis de empleo que resultará como consecuencia directa. El secretario general de la organización afirma que es necesario un liderazgo, conocimiento y un plan ambicioso similar al Plan Marshall, así como la visión que inspiró el New Deal, pero a escala global.

Medidas europeas ante el coronavirus: Recuperación económica del continente y coronabonos

En línea con lo anterior, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha hecho llamadas a la Unión Europea para adoptar medidas que promuevan la resistencia ante la crisis. Una vez superada, el bloque requerirá instrumentos para la reconstrucción y recuperación europea. El Ejecutivo aboga por medidas que respalden el endeudamiento público que asumen los países.

Ante el peligro inminente de una recesión en la eurozona, el Banco Central Europeo aprobó el lanzamiento de un programa de emergencia que consiste en adquirir activos públicos y privados, con un valor de 750.000 millones de euros. Sin embargo, esa medida no sería suficiente para enfrentar las consecuencias económicas de la epidemia, según El País. Por tanto, la Unión Europea ha intentado acercar posiciones entre norte y sur ante los denominados “coronabonos”.

¿Qué son los coronabonos?

“Coronabonos” es el término que se le ha dado a los eurobonos que servirían para mutualizar los riesgos presupuestarios de los países miembros de la Unión Europea ante la crisis sanitaria. Es una herramienta financiera que implica el lanzamiento de un bono de deuda compuesta por los distintos bonos nacionales de los países; en términos simples, se trata de una deuda colectiva o compartida.

El dilema de los “coronabonos”.

Ahora bien, los coronabonos permitirían mayor capacidad de financiar sus necesidades a países como España o Italia, gravemente impactados por COVID-19, por un coste menor. El presidente español Sánchez ha sido uno de los que ha ejercido más presión para implementar esta medida, teniendo a Portugal, Italia y Francia a favor.

Sin embargo, este instrumento de deuda históricamente ha sido rechazado por países como Alemania y Países Bajos. Al ser una deuda compartida y avalada por todos los países de la UE, aquellos que se oponen temen pagar por una poca rigurosidad en los presupuestos de las economías más débiles. La alternativa que está cobrando fuerza es la adopción del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que daría créditos de emergencia a los países con mayor dificultad en estos momentos. No obstante, esto significa que deberán someterse a supervisión fiscal.

El tema ha generado división entre los países de la UE. Los representantes del sur consideran que utilizar el MEDE y la condicionalidad inherente, es inaceptable ante lo excepcional de la crisis actual. Los comisarios del norte, por su parte, consideran que el fondo de rescate europeo es la única vía para avanzar. Mientras tanto, la posición de la Comisión Europea es que todas las opciones estén sobre la mesa, siempre que estén respaldadas por el consenso de todos los estados miembros.

Las alternativas de financiación como medida ante el coronavirus.

En el momento de redacción de este artículo, las posturas ante la situación empiezan a mostrar tendencias a suavizarse. La presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, abogó por la inclusión de un Plan Marshall europeo en el próximo presupuesto financiero a largo plazo de la Unión Europea, según The New York Times. El mecanismo estaría destinado a la reconstrucción de la economía tras la superación de la pandemia de COVID-19.

Con esto, la posibilidad de mutualizar la deuda de los países es menos probable. Von der Leyen señaló la necesidad de respuestas rápidas en tiempos de crisis, y crear nuevos instrumentos llevaría años en desarrollarse, haciendo referencia a los coronabonos. En su lugar, la presidenta es partidaria de la respuesta a través de un plan de inversiones dentro del Marco Financiero Plurianual (MFP).

Por su parte, Países Bajos emitió disculpas ante la falta de solidaridad y manifestó su disposición a ceder ante ayudas a corto plazo que atiendan la emergencia de la pandemia. La fórmula de MEDE sigue abierta, con Francia anunciando que iba a proponer un fondo especial a incluir en el MFP para apoyar a los países más impactados por la crisis sanitaria. Si bien las negociaciones del presupuesto europeo estaban estancadas, se espera que ahora se impulsen para definir la herramienta de inversión.

Respuestas de los diferentes países ante la crisis sanitaria del coronavirus.

La división de una respuesta ante la crisis en la Unión Europea ha tenido otros efectos, influenciados por el contexto global. Según The Washington Post, a diferencia de crisis pasadas, Estados Unidos no está liderando la respuesta internacional, adoptando una posición más individualista. En el otro extremo, el modelo autoritario de China es más asertivo dentro de la UE.

Tanto China como Rusia han enviado oportunamente ayuda médica a Italia y España, donde otros socios europeos se han quedado cortos. Los desacuerdos han sido señalados por críticos del proyecto europeo como evidencia de la ineficacia y debilidad en momentos cruciales por parte del bloque.

El impacto del coronavirus y la duración de sus consecuencias no debería ser una fuente de división, escribió el presidente del Eurogrupo a sus colegas, informa Expansión. Acotó que, para encontrar un punto medio, debe compartirse el diagnóstico de la situación y comparar y analizar las opciones. Además, propuso explorar modos de utilizar los instrumentos ya existentes, pero mantenerse abiertos y considerar diferentes alternativas si las anteriores resultan ser inadecuadas.

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